jueves, 7 de agosto de 2014

Undead Places. Diasporas & the empty spaces of capitalism

A spectre is hunting Europe... the spectre of decrease 



One of the great lessons that urban planners and analysts can learn from the study of diasporas, is the way in which migrations have a two-fold effect upon the human habitat: population growth in places of reception, and decrease in the original hometowns of the migrants. But the possibility of decreasing has historically been neglected in the science of urban planning, due to the cultural and historical determinations that gave rise to Modern urbanism. Urban science and architectural theory of the last century have considered the city essentially an expansive structure, in perpetual growth: modern urbanism was born in parallel to the rise of the industrial revolution, a historical period characterized by strong demographic growth, which led urban studies to tackle more thoroughly the outcome of expansive developments than that of decrease. It was so, that when the frantic urban expansion in certain areas of Asia or Africa superseded the growth of Western cities, many American and European architectural stars moved to countries such as China or Nigeria as the most exciting hotspots for contemporary urbanism. The most influential architectural theoretician of the last decades, Rem Koolhaas, even said that Europe has ceased to be interesting, because it has stopped growing.
(Images from Detroiturbex.com)

jueves, 17 de julio de 2014

Dispositifs of Monumentality in Posthistorical Cosmopolitics




A Dispositif is (…) a thoroughly heterogeneous ensemble consisting of discourses, institutions, architectural forms, regulatory decisions, laws, administrative measures, scientific statements, philosophical, moral and philanthropic propositions – in short, the said as much as the unsaid. Such are the elements of the dispositif. The dispositif itself is the system of relations that can be established between these elements. Secondly, what I am trying to identify in this dispositif is precisely the nature of the connection that can exist between these heterogeneous elements." Michel Foucault 1977.

Forma


Objeto y Proceso
Apuntes sobre ontología de la Forma
 
El concepto de “forma” tal y como recorre la metafísica occidental mantiene la huella del esquema hilemórfico fundado por Aristóteles y perpetuado (con matices) hasta el apogeo de la modernidad. Para el pensador griego, todo cuerpo o sustancia resulta de la concordancia de sus dos principios constituyentes: por un lado la materia (pasiva e indeterminada, invariable y genérica a todo lo que existe) y por otro la forma (activa y configurante,  sustantiva de las propiedades y potencias de cada objeto). El mundo sensible y las entidades que lo pueblan sería entonces un campo necesariamente formal en el que cada cosa obtiene su esencia y fundamento de la convergencia de lo universal y lo particular, lo necesario y lo accidental, lo determinable y lo determinante, el “principio de individuación” y el individuo, en el que lo singular es definible en función de sus diferentes grados de especialización y concreción en cada instancia. Si bien ambas categorías, materia y forma, son por fuerza simultáneas y concomitantes en cualquier realidad física, el hecho de escindir los registros binarios de lo material y lo formal propiciará el desarrollo de abundantes especulaciones escolásticas sobre la mutualidad polar de los cuerpos y los ideas, la potencia y el acto, o la esencia y la existencia, que contemplan los objetos como identidades firmes y con cierto grado de autonomía, imperturbable a través de todas las transformaciones, encuentros y mezclas con otras entidades. El objeto es entonces agente capaz de los acontecimientos, a los que sobrevive.

viernes, 21 de febrero de 2014

Territorio interactivo

La escenografía inmersiva y el umwelt digital

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 Las ontologías de la process philosophy llevan décadas proponiendo una conceptualización del espacio alternativa a la de categoría apriorística, universal y homogénea heredada de Kant. Einstein fue capaz de cuantificar la ductilidad del espacio tiempo, describiéndolo matemáticamente como un tejido suave y plástico que se deforma en presencia de los objetos que lo ocupan. Espacio plegable y desplegable, irreductible a los ejes cartesianos de X, Y y Z, inconcebible como receptáculo vacío, o como latencia neutra y estéril: los acontecimientos no se realizan en el espacio, sino que la espacialidad  es resultado del acontecimiento, de los cruzamientos y colisiones (vínculos) que convergen en un mismo lugar.

La arquitectura contemporánea se afana desesperadamente en la difícil tarea de materializar el umwelt del ciudadano 2.0, ese cuyos símbolos y afectos mutan a la velocidad de un mundo en el que incluso lo identitario es resultado de procesos interactivos. Pero ese espacio post-cartesiano, dinámico e intensivo, hecho de modulaciones y permutaciones virtuales,  difícilmente encajará en el frustrante estatismo de la edificación de acero y piedra, cuya aparente quietud a duras penas puede hacer visible la duración, la transitoriedad de toda forma, o ilustrar con claridad la potencia creadora que se deduce de la comparecencia de los cuerpos. Sin embargo, las arquitecturas efímeras y las performances están demostrando ser el campo de experimentación perfecto para la realización del umwelt digital,  Si fotografía y cine fueron los principales campos de narración arquitectónica del siglo XX, quizás ahora el lenguaje más fértil para ilustración de especialidades dinámicas sea la danza, como analogía de  una cultura en la que el aquí no es más que un actor secundario del ahora.  El problema de la Ville Radieuse fue olvidar que un día habría un día después de sí misma: decididamente tras Foucault el genius loci no puede ser más que el humo resultante de la hoguera de un zeitgeist.

miércoles, 19 de febrero de 2014

Cifras y letras del pensamiento mágico

La narrativa arquitectónica como gaya ciencia


El proyecto que alentó a Nietzsche a escribir su magistral “La gaya ciencia”, el gay saber, era el de plantar cara al incipiente monopolio ejercido por el conocimiento técnico sobre el conjunto de los saberes humanos: frente a la segmentación y mecanización de la vida cotidiana resultante de la industrialización, el filósofo proponía un reencuentro con el caudal arcano, fabulatorio, vitalista y temerario que desde siempre ha recorrido las corrientes que irrigan indistintamente a la ciencia y la poesía, dominios cuya fatal escisión moderna ha cauterizado la plenitud del saber como actividad intuitiva, sentida, patho-lógica. Una prosa como la suya, que galopa a la velocidad del rayo a través de metáforas, aforismos y sentencias lapidarias, hará que muchos piensen que el libro no es más que la enésima boutade del chico malo de la metafísica occidental, pero bien leído se trata de un riguroso desmantelamiento de los presupuestos epistemológicos con los que operan aquellos que se afirman custodios de la Verdad. Lo que Nietzsche busca no es una puesta en valor bucólica y oscurantista del “pensamiento mágico” como barricada desde la que oponerse al imperio de la Academia, sino más bien firmar la tregua entre dos banderas que secretamente siempre han sido la misma: en su raíz, todo pensamiento es mágico. Busquemos la conciliación de Apolo y Dionisos: la Verdad no es arbitraje de los juicios, sino instrumento de placer y poder.

lunes, 17 de febrero de 2014

Panóptica Torre Eiffel

Fenomenología, hiper-realidad y visión panorámica en el edificio más fotografiado del mundo 



Ciento veinticinco años después de su inauguración (demasiado tiempo para ser considerado un edificio “contemporáneo”, pero demasiado poco para los cánones de la monumentalidad histórica), la Torre Eiffel está sobreviviendo con sorprendente buena salud el ocaso del modelo de ciudad que representó como ningún otro símbolo: su efigie fue la rúbrica grandilocuente de la sociedad industrial admirándose a sí misma, la celebración gratuita de la vigorsa metrópolis world-class y su optimista confianza en el progreso técnico. Su construcción supuso el hito fundacional de la conversión de la tecnología en espectáculo pop, la conversión de las audacias del iluminismo ilustrado en recreo para los sentidos, que hizo del virtuosismo ingenieril el modo de exuberancia arquitectónica más apreciado en los siglos XX y XXI. Incluso en la Europa posindustrial, su impacto en el imaginario colectivo se mantiene intacto: en un planeta en el que se toman 375.000 millones de fotografías al año, la Torre Eiffel sigue siendo el edificio más fotografiado del mundo. No necesita campañas de marketing para que su magnetismo popular mantenga la capacidad de seducción del primer día, pues su silueta ocupa un lugar de honor en el archivo folk de deidades globales junto a Elvis, la manzana de Apple o la máscara de Darth Vader: hoy en día, uno no puede no reconocerla. Si existe una “cultura general” de arquitectura, probablemente el único emblema moderno equiparable a catedrales, palacios y pirámides sea el Ícaro parisino diseñado por Alexandre Gustave Eiffel para la Exposición Universal de 1889.

martes, 11 de febrero de 2014

Bio-urbanismo, Ecología y Cibernética: ciencias del control

La ciudad como sistema complejo de propiedades emergentes

Ilustrado con proyectos de Francois Roche / R&Sie(n)




Los conciliábulos del urbanismo contemporáneo más inquieto se han entregado con vocación heroica y revolucionaria al reseteado de casi todo el instrumental metodológico, institucional y cultural heredado del siglo XX, que se ha demostrado obsoleto para afrontar los problemas y desafíos que sobrevuelan la vida en las ciudades desde el comienzo de la globalización. El hundimiento de la política representativa (y consiguientemente, de los procesos de planificación centralizada) han puesto sobre la mesa un programa de objetivos que comienza en la revisión del pacto social que hasta ahora suscribían ciudadanos, empresas y gestores públicos para la toma de decisiones legislativas y organizativas de la habitación humana, compleja como siempre y como nunca; la progresiva escasez de combustibles fósiles (y su paralelo encarecimiento) obligan a repensar la métrica urbana en busca de la minimización del consumo energético (requerimiento que también afecta a cada objeto arquitectónico); los flujos migratorios y las derivas sociopolíticas y laborales postfordistas nos fuerzan a considerar las nuevas fricciones interculturales en nuestras cada vez más babilónicas ciudades; y la imparable proliferación de tecnologías telemáticas a escala personal y social propician sustanciales cambios en las formas de vida que conminan al urbanista a incorporar las nuevas potencias y peligros tecnológicos a las formas emergentes de civismo, urbanidad y convivencia. Eso lo sabemos todos.


domingo, 9 de febrero de 2014

Los compounds: guetos de la globalización


La nueva fiebre del oro (negro) y la ciudad neoliberal

Cuando el paro entre arquitectos desbordó la condición de problema para convertirse en un auténtico cataclismo, la máquina de propaganda del sistema (tanto la socialdemócrata como la neoliberal) difundía con insistencia la idea de que aquello sólo supondría una contrariedad para los profesionales demasiado apegados a su perezosa “zona de confort”, incapaces de comprender que una crisis es ante todo una oportunidad. Resiliencia, liderazgo, reinvención, nomadismo y visión holística eran las Palabras Sagradas que servían para convencernos, en neolengua eufemística, de que la solución a nuestro desempleo pasaba por tomar el primer avión a algún destino boyante y, como los antiguos pioneros que hicieron las Américas, resetear nuestras carreras profesionales en algún país en el que los fajos de presidentes muertos fluyesen a buen ritmo. A todos nos han persuadido de ser valientes y hacer lo que tocaba: convertirnos en Marco Polos de la globalización y compartir nuestros amplios conocimientos técnicos de certificación europea con países en vías de desarrollo como China, Brasil, Singapur y por supuesto la zona cero del capital riesgo global: el golfo Pérsico, la babilonia del principio de este siglo, la meca del talento internacional, el hotspot por excelencia de la arquitectura más espectacular y audaz, el único lugar del planeta donde las griferías son de oro y los policías patrullan en Lamborghinis


jueves, 6 de febrero de 2014

Iconodulia y magia empática: La adoración de las imágenes

¡Creced y multiplicaos! Reflexiones sobre la reproducción y transfiguración espontánea de las representaciones

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Una de las explicaciones canónicas que dan los arqueólogos para explicarse la existencia de las pinturas rupestres es el de su función ritual de “magia empática”. Las primeras civilizaciones consideraban que los objetos y sus representaciones mantenían profundas relaciones de equivalencia, reciprocidad y paralelismo, de tal manera que pintar bisontes en una cueva servía supuestamente como invocación ritual de los animales de carne y hueso, tan importantes para la supervivencia de la tribu. Este fenómeno ilustra con claridad uno de los más ancestrales usos de las representaciones artísticas: propiciar un hechizo que, basándose en la correspondencia entre lo representado y su representación, permitiese gestionar el destino común de ambas. Una actitud fácilmente comprensible en el caso del vudú: los tormentos que infligimos sobre un retrato (por lo general una muñeca) se realizan en el cuerpo real de la persona retratada, al estar ambas implicadas en un vínculo común y secreto. De acuerdo con la antropología académica, en origen el arte operaba con los mismos mecanismos que el vudú y las demás brujerías de la empatía: al acto mismo de retratar se le atribuía el poder de establecer correspondencias entre el estado del modelo y el de su retrato.

lunes, 3 de febrero de 2014

Jean-Jacques Lequeu, o el neoclasicismo pagano

El pionero del mal gusto

Cuando una civilización zozobra al atravesar una crisis de identidad, suele recurrir al Superyo común que serpentea bajo su ideología (¿el super-nosotros?) para atenuar sus inquietudes. Y eso en la mayoría de los casos deriva en la reivindicación del Clasicismo, un universo sublimado y más o menos ficticio que toma cuerpo como un repertorio de comandos éticos y estéticos que encarnarían las virtudes ideales a las que aspira dicha civilización. Por lo general, las pesadumbres del pathos colectivo encuentran su sosiego en la nostalgia de valores ancestrales cuya pérdida habría sido la causa de los desvelos del presente: el duelo ideológico de una civilización  que ha dejado de creer en sí misma busca alternativas polarizadas o pendulares, cuando para algunos la solución pasa por abrazar  la creatividad visionaria en un salto sin red hacia el futuro, mientras para otros conviene recuperar la infalibilidad de la sabiduría ancestral de un tiempo pasado. En la historia de la arquitectura el retorno a Grecia y Roma sirvió como placebo eficaz cada vez que Europa ha necesitado reencontrarse consigo misma, y desde el renacimiento a la posmodernidad el espectro de Parménides y Agripa siempre ha sido invocado más o menos explícitamente durante las diferentes crisis epocales de cada lenguaje. Del mismo modo que el dinero siempre vuelve al oro en escenarios de pánico financiero, el imaginario grecolatino es el valor refugio al que vuelve la arquitectura en tiempos tempestuosos.

Paradigm shift ?




Dos instantes en la vida del
Résidence-atelier Miestchaninoff et Lipchitz en Boulogne-Billancourt, 
de Le Corbusier



viernes, 31 de enero de 2014

El nuevo Bernabéu

Hiper-estadios: Entre el condensador social y el parque temático



El fútbol español sigue siendo una de las grandes burbujas por estallar, aunque se trata de un negocio descomunal en lo económico, lo social y lo cultural con un respaldo popular tan apasionado, honesto y profundo que si se produjese alguna quiebra importante se desencadenaría una revuelta popular que dejaría en escaramuza la toma de la Bastilla. Pese a la ferviente religiosidad con la que los fans disfrutamos y sufrimos este deporte, las élites que lo manejan siguen comportándose con las mismas maneras que el empresariado castizo-castuzo previo a la caída de Lehman: los presidentes y sus múltiples asesores suelen ser oscuros hombres de negocios, extremadamente horteras en lo personal, aficionados a las corruptelas políticas y financieras, clasistas, opacos, chanchulleros y de escasas luces. Saben que tienen entre manos la gallina de los huevos de oro y han sido capaces de convertir las ligas y la Champions en gigantescos espectáculos internacionales gracias a las más modernas estrategias de marketing global. Todo lo que huela a fútbol pone a las máquinas registradoras a bombear billetes y echar humo.
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